Mi madre siempre cuenta que, cuando apenas tenía dos años (año 2001), me llevaron a ver, en un pequeño cine del centro de Logroño, Harry Potter y la piedra filosofal. Esta, no solo se trataba de la primera entrega de la saga que conquistaría al mundo, sino que también fue la primera película que vi en una sala de cine.
Mi madre siempre cuenta que ese día mi comportamiento fue impecable, que me quedé sentada y callada durante los 142 minutos de película, atenta e hipnotizada por la gran pantalla.
Quién me iba a decir a mí, más de dieciséis años después, que mi andadura en el mundo del cine empezaría con un film de la super productora Warner Bross Pictures, y que ese sería también el punto de partida para explicar el porqué de mi interés por enrolarme en un proyecto que tiene que ver con el cine en general, y el comercial en particular.
Pero debería hacer una confesión previa. Aunque sí continué mi andadura por las películas inspiradas en las también exitosísimas novelas de J. K. Rowling, no puedo decir lo mismo de sagas súper taquilleras como Star Wars, Star Trek o la serie Marvel. Aun así, no creo que el contenido de este blog se vea por ello puesto en peligro, pues cuento con unos compañeros maravillosos, a la par que, siempre dicho desde el cariño, tremendamente frikis.
El cine, el séptimo arte, es parte indudable de nuestras vidas. Cuando el 28 de diciembre de 1895 los hermanos Lumiere proyectaron públicamente la salida de obreros de una fábrica francesa en Lyon, jamás hubiesen imaginado hasta qué lugares insospechados lograría llegar y nos lograría llevar su insólito invento.
Salida de obreros de una fábrica francesa en Lyon (Hermanos Lumiere, 1895)
El cine gusta a personas de todas las edades, niños y ancianos, es una vía de conexión con los demás y de encuentro con uno mismo. Mi relación con el cine no es teórica ni profesional, más allá de mis obsesiones por aprenderme nombres de actores, ver filmografías completas de directores o conocer los términos técnicos básicos, mi relación con el cine es pasional y tremendamente irracional. Para mí, no existe mejor plan que encerrarme sola (como mejor lo disfruto) en casa, frente a mi ordenador, pasando horas aumentando la lista de películas vistas e historias descubiertas.
Aunque mi tendencia habitual es optar por un cine más independiente, no cabe restar importancia al cine comercial, a su calidad y proyección internacional, pero también a aquello que refleja y puede enseñarnos, aunque no sea obvio a simple vista.
El cine comercial se basa en un principio fundamentalmente económico: las grandes compañías solo invierten en la producción de una película o saga si los resultados se preveen como buenos. Por eso, el contenido que muestre un film comercial estará perfectamente medido y estudiado para que se convierta en todo un éxito.
Esta es la esencia de su a veces no palpable influencia y de cómo nuestra vida cotidiana y nuestra sociedad viven en una retroalimentación constante con el contenido de esas producciones. El cine comercial marca patrones de comportamiento a nivel internacional, nos indica, de forma sutil, cómo debemos comportarnos, cómo debemos vivir, nos enseña historia y modales, nos habla de culturas que jamás hemos conocido... y nosotros siempre confiamos en su veracidad y su inocencia. Ha este fenómeno se le conoce como imperialismo cultural. En la actualidad, "Hollywood produce y distribuye el 90% del cine que se exhibe en el mundo".
El cine comercial, del mismo moda, busca gustar, por lo que siempre tratará de adaptarse, en la medida de lo posible, a la evolución de su público.
El cine comercial es, qué duda cabe, una magnífica herramienta de entretenimiento y aprendizaje, pero además, si se consume desde una perspectiva analísitca y algo crítica, nos puede aportar mucho más que una simple historia, por muy bien que esta esté contada.
Desde aquí, trataré, como lo harán mis compañeros, de hablar, siempre desde el más enorme de los cariños y todo el respeto posible, del cine comercial, de súper producciones (casi siempre estadounidenses) venidas de la mano de grandes productoras como Walt Disney Studios, Universal Pictures o 20th Century Fox, entre otras muchas. Trataré de hablar sobre películas concretas, directores y actores americanos, europeos e incluso asiáticos, sobre sus historias, su enorme trabajo y sobre lo bueno, aunque sin dejar de lado lo malo.
¡Nos vemos en las salas de cine!
Lydia Mangado González
¡Nos vemos en las salas de cine!
Lydia Mangado González
Esta soy yo


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