Llevo toda mi vida consumiendo y comentando cine. Siempre he intentado ver el cine desde dos perspectivas diferentes, la de quien lo consume, el espectador (metiéndome a veces tanto en la historia que cuenta la película que acabo por aturdirme de lo que hay más allá de la pantalla) y la de quien lo realiza (aunque yo no sea, ni mucho menos, estudiante de cine, ni aspirante a director).
Con el cine siempre me ha gustado ser crítica, no quedarme en la superficie e investigar, aprender nombres de actrices y actores, directores, tecnicismos básicos, fechas relevantes, títulos entregas históricas.
Pero, aunque, como explicaba en el primero de los posts, el cine siempre ha sido "Mi piedra filosofal", nunca, hasta ahora, este ejercicio de reflexión y de estudio acerca de una de las cosas que más me llenan y a las que más tiempo dedico, se había convertido en algo sólido, en algo público que quedara guardado y que, aunque sea a muy pequeña escala, pudiera compartir con alguien que no fuera un amigo.
Este modesto blog me ha permitido no solo informarme más a fondo sobre algunos de los aspectos que más me interesan en el mundo cinematográfico, también me ha enseñado que cualquiera, con ganas y buen hacer, es capaz de dedicarse a lo que verdaderamente le gusta.
He de confesar que, antes de escribir sobre BoyHood, no había visto la película. Sí es cierto que, por supuesto, la conocía y había leído muchísimo sobre ella. Cuando se nos propuso que escribiéramos sobre un caso impactante, la película de Richard Stuart Linklater fue la primera opción que pasó por mi cabeza. Una historia que no solo es única por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta.
Tenerme que documentar sobre este film, además de darme el empujón definitivo para por fin verlo y disfrutarlo, me abrió un abanico de posibilidades a la hora de comentar una película.
En el post me centré en todas esas curiosidades que rodearon a su particular filmación y las idas y venidas que tuvieron que sobrellevar para conseguir acabar el rodaje. Aprendí que el cine no empieza cuando las luces de la sala se apagan ni acaba cuando empiezan los créditos, cada película es una historia en sí misma, no solo por su argumento, también por la aventura que resulta grabarla.
Tenerme que documentar sobre este film, además de darme el empujón definitivo para por fin verlo y disfrutarlo, me abrió un abanico de posibilidades a la hora de comentar una película.
En el post me centré en todas esas curiosidades que rodearon a su particular filmación y las idas y venidas que tuvieron que sobrellevar para conseguir acabar el rodaje. Aprendí que el cine no empieza cuando las luces de la sala se apagan ni acaba cuando empiezan los créditos, cada película es una historia en sí misma, no solo por su argumento, también por la aventura que resulta grabarla.
Pero además, uno de los aspectos que más he disfrutado en la realización de este blog, ha sido saber llevar siempre los temas a mí terreno. Cuando se nos planteaba un campo muy genérico sobre el que escribir, las posibilidades de cómo enfocarlo eran inmensas. Creo que en esto, como en todo, siempre hay que tratar de focalizarse en aquello que nos apasiona, para sacar el máximo partido a nuestro trabajo.
Por eso, opté por proporcionar un listado de fuentes en las que obtener y en las que aprender sobre Bandas Sonoras.
La música es, en la mayoría de los casos, una de las partes más infravaloradas de una película, pero, aunque no seamos conscientes, es uno de los elementos clave e insustituible.
Cada BSO está compuesta pensando exclusivamente en esa película, en esa secuencia concreta, en lo que el director y el guion quieren transmitir exactamente, y no hacen sino que intensificar y mejorar el efecto y el resultado final de cada clip.
Las BSOs son una historia en sí mismas, un conductor de la magia de cada escena y creí oportuno hacerles un humilde homenaje, pues también suelen poner ritmo a mi día a día.
Del mismo modo, traté de aprovechar la oportunidad de hablar de un personaje relevante del panorama cinematográfico para hablar del que es mi director fetiche por excelencia, el gran Pedro Almodóvar.
Mi fanatismo por el trabajo de Almodóvar comenzó, como cuento en el post que le dedico, hace no mucho, pero su particular ritmo, estilo y capacidad para crear historias únicas me cautivó.
Escribiendo sobre él y su obra conseguí profundizar más en lo que ya sabía y conocer muchas otras cosas nuevas.
Creo que es importante saber aprovechar este tipo de oportunidades para formarte en aquello que te interesa por encima de lo demás y así tratar de explicar a quienes tengan interés en leerte, su atractivo. De este modo se puede animar a muchos otros a consumir, en este caso, un cine que se considera excelente.
Tal vez la entrada más complicada para mí fue aquella en que se hablaba de nuestro tema en las redes sociales.
Sí es cierto que cada fuente que proporciono en Cine 2.0 es una herramienta que empleo casi a diario y cuya utilidad puedo garantizar. A pesar de eso, no me considero una usuaria especialmente activa en RRSS, por lo que, estoy segura, dejé pasar muchas otras cuentas y perfiles de gran valor.
Por eso mismo, al ser plenamente consciente de la importancia que las RRSS empieza a cobrar en cada aspecto de nuestra vida, y en concreto en el mundo del cine, trataré, a partir de ahora, de darles un uso que ayude a mejorar mi saber cinematográfico y me permita seguir al tanto de las últimas novedades, para así seguir formándome.
Era incapaz de dejar de escribir sobre una de las noches más mágicas y esperadas del año y cita ineludible para todo buen cinéfilo. Los Premios Óscar, más allá de los pros y contras de ese gran espectáculo hollywoodiense, son una oportunidad para visitar las salas de cine con una periocidad mucho menor de lo habitual.
Cuando la fecha va acercándose, todo el que quiere entender los resultados de esa noche, necesita haberse documentado con propiedad, haber visto los principales filmes nominados, para así poder alabar o criticar las decisiones tomadas con cierto rigor.
De nuevo, lo que era una actividad obligatoria que realizar para clase, se convirtió en una manera de aprender algo nuevo sobre un tema que siempre me ha interesado.
En un tiempo como el que vivimos, en el que cualquiera tiene acceso a internet y con él, una voz, es esencial hablar, pero también hacerse oir.
Este blog ha sido una oportunidad para pasar de hacer algo de forma doméstica, ver cine, documentarme sobre él y comentarlo, a hacerlo para un público que pueda leerme y valorar mi opinión.
Internet y las RRSS dan a cualquiera que tenga acceso a un dispositivo la oportunidad de ser escuchado. Esto no implica que cualquiera se pueda convertir en un medio, sino que somos amateurs, personas a quienes mueve una pasión y que, siempre desde el cariño y el respeto, hablan sobre aquello que les gusta.
Este blog es un primer paso hacia una carrera profesional en la que, sea en el ámbito que sea, nuestra voz vuelva a ser escuchada, pero además, sea tomada con una credibilidad mayor.
Saber aprovechar cualquier oportunidad para focalizarte en aquello por lo que tienes preferencia. Utilizar las herramientas que existen a tu disposición para tener una voz propia, siempre desde el respeto, para comenzar un camino hacia un objetivo profesional.
Yo me quedo con esto.
Seguiré escribiendo sobre cine, aquí, en RRSS, otras plataformas.. quién sabe.
¡Nos vemos en las salas de cine!
